Antecedentes

El Departamento del Agua de la Ciudad de San Diego presta el servicio de agua a la ciudad con tres plantas potabilizadoras. Aproximadamente el 90% del abastecimiento de agua de la ciudad se importaba, principalmente del río Colorado. Esta dependencia de fuentes externas resultó en costos altos para el suministro de agua y en mayores iniciativas de conservación, incluidos proyectos de reutilización del agua. El tratamiento de las aguas residuales está a cargo del Departamento Metropolitano de Saneamiento de San Diego (MWWD, por sus siglas en inglés), el cual es responsable de mejorar y ampliar el sistema metropolitano de alcantarillado. Se trataban aproximadamente 190 millones de galones diarios (mgd) en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) “Punta Loma” construida en los años 60. El efluente no utilizado se transportaba a través del emisor “South Bay” y se descargaba al océano Pacífico. El Interceptor Metro Sur, que transportaba aguas residuales desde el área de South Bay hasta Punta Loma, había llegado a su capacidad máxima y mostraba signos de corrosión. Un estudio realizado en marzo de 1993 indicó que era necesario ampliar la capacidad.

Alcance del proyecto

Construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales mediante lodos activados con una capacidad de 7.0 mgd (306.7 litros por segundo), con instalaciones de tratamiento secundario y terciario, que incluían un edificio de operación y mantenimiento, un edificio para sustancias químicas y áreas de estacionamiento.

Beneficios

El proyecto proporciona una nueva fuente de agua tratada que reduce la dependencia del agua importada y contrarresta la necesidad de desarrollar nuevas fuentes de suministro de agua potable. Además, la nueva planta disminuye la posibilidad de derrames de aguas negras del emisor “South Metro”, al desviar a la nueva planta una porción de los flujos de aguas residuales que generalmente iban a la planta de tratamiento de Punta Loma.