Antecedentes

La JAD es responsable de manejar y operar los sistemas de agua potable y alcantarillado de Matamoros. En la actualidad, el 94% de la población recibe los servicios de agua, mientras el 75% tiene servicios de recolección de aguas residuales. Sin embargo, no hay saneamiento, por lo que todas las aguas negras se descargan sin tratamiento en el río Bravo y en canales o drenes a cielo abierto, los cuales desembocan finalmente en el Golfo de México.

Por otra parte, la infraestructura existente de agua potable y alcantarillado no ha sido mantenida ni renovada de manera adecuada. Como resultado, algunas porciones de la red de alcantarillado se han derrumbado por corrosión en varios puntos de la ciudad y, en algunos casos debido a la falta de recursos suficientes, la JAD ha recurrido a las “reparaciones temporales” como conexiones entre el alcantarillado sanitario y pluvial, lo que reduce la capacidad del sistema pluvial, así como contamina las aguas agrícolas. Adicionalmente, se experimentan problemas de presión y calidad de agua, así como pérdidas significativas de agua en su sistema de distribución.

Con el fin de atender estas deficiencias, la JAD propone realizar un proyecto integral de agua y saneamiento en dos etapas a fin de satisfacer las necesidades actuales y futuras de la ciudad hasta 2024.

Descripción

La primera etapa del proyecto consiste en los siguientes componentes principales:

• Rehabilitación y ampliación de la planta potabilizadora
• Construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales
• Construcción y rehabilitación de los sistemas de distribución de agua potable y de alcantarillado, e
• Instalación de micromedidores

Beneficios

El proyecto permitirá a la JAD satisfacer la demanda actual y futura de los servicios de agua, alcantarillado y saneamiento de conformidad con las normas federales y estatales. Como resultado, se reducirán los riesgos sanitarios y ecológicos asociados con el inadecuado tratamiento de aguas residuales y se mejorará la calidad del efluente descargada al río Bravo y al Golfo de México. Las reparaciones al sistema de agua potable reducirán las pérdidas del líquido por fugas, mientras la instalación de medidores estimulará a los habitantes a hacer un uso más eficiente de agua.